lunes, 31 de diciembre de 2012

CICLO LA EXPANSION – Bad Manu – La Ola Que Quería Ser Chau



Estuve aquí mismo hace tan poquito tiempo que descanso tranquila en la idea de que todo va a estar más o menos igual de muy bien. Pero soy presa de la sorpresa, todo acá está dado vuelta! Mi brújula acaba de estallar en cientos de pedacitos imposibles de reconstruir. Claro que, demás está decir, me gusta el cambio, el movimiento continuo, el reciclaje de ideas y espacios.

Subo a visitar a mi amiga la terraza confiando en que una bocanada de aire puro y fresco vaya a devolverme el sentido de la orientación. Acá arriba los banderines multicolores flamean, pero me asusta la luna casi llena, el cielo oscuro invadido por nubes movedizas que imprimen formas siniestras en claroscuro.

Si llegara la medianoche y no pudiera disimularlo más? Las uñas convirtiéndose en garras, los dientes filosos como las estalactitas más australes y unos colmillos enormes, bestiales. El cuerpo desnudo, refugiándose detrás de una mata de bello feroz. Noche de luna llena, los hombre-lobo quieren rock.

Son el precalentamiento. Tienen la energía de los que eligen temas breves, letras lozanas y muchas cuerdas. Tienen también presencia, aguante, ganas y fans fundamentalistas de su música moderna, pogo entre eternos adolescentes. Bad Manu sube al escenario para divertirse, y esa diversión es contagiosa y expansiva.

La Ola Que Quería Ser Chau sigue la misma línea, pero le añade un poco más de psicodelia. Hay un títere colorado y un bidón de agua (vacío, claro) que van a resistir imbatibles hasta el final.

A estos chicos no les importa nada, eso piensa mi cabeza mientras mi cuerpo bailotea al ritmo de sus melodías pegadizas, de sus canciones cortitas de letras púberes. Como si fuéramos un grupo de escolares rebeldes en su último año, viviendo cada instante a pleno.

Se arma un pogo violento entre viejos conocidos, amigos infernales. El reci es bien arriba, meta grito, coros, bata y cuerdas. Suena la pandereta, y el bidón casi nada. El cierre es, cuanto menos, caótico. Lo extienden más de la cuenta, como niños dándose cuenta que llegó el final del juego, y se encapricharan en resistir.

Con toda seguridad puedo decir: noche aguerrida para los hombre-lobo.

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