jueves, 27 de diciembre de 2012

MUSIC IS MY GIRLFRIEND - el nudo



Estamos acomodados en el Patio del Konex, disfrutando de la brisa tibia que corre a duras penas. Músicos con las manos y las espaldas cargadas de instrumentos van llegando, las bandas desarmadas, en todos los sentidos. Cruzan el escenario, pero por abajo. La pequeña masa que somos los ve llegando, juntándose, re-armándose. Y de eso se trata la caída de la media tarde en el Music Is My Girlfriend que sigue, más o menos, de la siguente manera:

MORBO Y MAMBO
La receta consiste en mezclar unas cucharadas de rock con otras de dub, una pisca de afro-punk y una vez disueltos y bien integrados todos los ingredientes musicales obtenemos como resultado una banda como Morbo y Mambo, la instrumental que puede bien acompañar una tarde de sábado veraniega, birrita y maní. 

107 FAUNOS
La promesa se cumplió, y por fin estoy viendo la banda de la que tanto oí hablar en lo que va del año. Llego a los pies del escenario llena de prejucios que se disipan enseguida cuando escucho sus canciones, un pop rústico que me obliga a moverme en el lugar, mecerme de izquierda a derecha apenas, y olvidarme de las preocupaciones absurdas, la lista de invitados para Navidad.
Me escabullo entre los seguidores funamentalistas para rodearme de jóvenes sudados, haciendo pogo y mosh (otra vez!) y termino de captar la escencia faunil: flores brotando en la estación del indie pop-rock.

LOS REYES DEL FALSETE
Los niños mimados de Triple RRR con sus bigotes intimidantes, sus remeras demodé y sus cortes de pelo tan The Big Bang Theory toman el mando del escenario del patio y arrancan con un tema instrumental para ponernos en órbita. De todas formas, enseguida se colma el aire de su sonido histriónico y digital y los agudísimos falsetes no tardan en llegar. Cuando toca el turno de Hazlo Por Los Niños ya todos entendimos de qué viene la cosa y la cumbita falseta no nos agarra por sorpresa.
Seguro, de lo más moderno que se va a estar presentando en el Festival.

normA
Uff! Hace años que los vi en vivo y me enamoré al instante. Pero fue de esos amores que duran la fugacidad del primer y único encuentro.
PUNK! Me habré dejado endulzar los oídos por la batería tajante, por las cuerdas enchufadas a todo volumen, por los gritos desesperados de una generación ya muerta y enterrada en los jardines aledaños al rock.
No voy a bajar el disco para escucharlos en mi MP3 cuando voy camino a la Reserva Ecológica de Costanera Sur, pero algo de la fuerza de ese amor primitivo vive aún en mi corazón. Entonces, me suelto el pelo y agito mi cabeza batiendo de arriba-abajo de abajo-arriba lo que queda en ella de punk. normA sigue despertando el instinto adolescente que el paso de los años no disipa en mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario