miércoles, 7 de agosto de 2013

Navegantes de energía en La Playita



Chacarita contradictoria. Sede de los muertos, y al mismo tiempo (sic) de agujeros llenos de vida como, por ejemplo, La Playita. Cálida, como todas las cosas vivas de este planeta. Así es ella, hermosa y acogedora, llena de dulces detalles por los rincones. En su primer cumpleaños, invita al festejo y celebra con la visita amigos y bandas. Los mimos empiezan con un guiso de lentejas casero en una noche de viernes donde el frío arremete sin dar tregua, y el vino se ofrece en vaso y/o botella.

Arranca Suena Olivia, y proponen consiga propia: “romper el hielo”. Ritmos suaves para despuntar, arrancan como lo hacen en su EP “Marinero”, y de a poco van adentrándose en ese otro sonido, cumbiero y movidito. Algunos temas nuevos, y los músicos cambiando de posición e instrumento. Ritmo en la música, ritmo en el show. El teclado le da ese aire tecno, la batería marca sin detonar y las guitarras acompañan. Francisco Espeche rapea los versos, le pone el cuerpo y la acción a la canción. Y pide que se le pague con la misma moneda, buscando un poco de movimiento, a ver, un poco de baile. Despiertan, por fin, los pies inquietos. Se armó la cosa, el público corea con el corazón y repiten canción. Entre ritmos fusionados, baile y verso apurado, así Suena Olivia.

El ambiente está propicio para que El Hipnotizador Romántico y sus gitanos hagan de las suyas. “En mi placard”, “Sólo alimentas mis fieras”, “Movimiento Floreado”. Arrancan sin anestesia, inyección de ritmo, color y calor directo a las suelas. Ese clima de alegría que caracteriza su disco homónimo inunda el lugar del piso al techo. Nadie queda excluido de esta fiesta que proponen los juglares que le cantan al amor y a la ventura, y que con sus sonidos, que ejecutan prolijo y limpio, obligan al baile. “La visión del amor”, “Navegantes de energía” y el ya clásico “La Isla Bonita” se mezclan con canciones nuevas. Las chicas cerca del escenario mueven las caderas, desde el sofá llega una coreo improvisada pero sincronizada. Rocío baila, sirena que guía con su voz y sus movimientos sagrados. La Playita está de auténtica fiesta. “Radio romance” y una que seguro será su próximo hit para despedir la noche. Como un huracán que arrasa, nos dejan con la lengua afuera y el corazón en llamas.

Si es cierto que somos energía, el show de estas bandas dejó tanta fluyendo que seguro algunos muertos resucitaron del cementerio.

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