miércoles, 19 de marzo de 2014

Un paseo por las nubes


Puede ser jueves, puede haber un pasaje, podés llegar a una puerta. Podés cruzar en el sentido contrario y caminar para adelante. Podés retroceder, hacer el camino inverso pero manteniéndote en la misma vereda. Puede que un semáforo te haga pensar en un chico que una vez te pasó su disco. Puede ser el barrio de Palermo, con sus límites inagotables. Podés estar disfrazada de oficinista y que sea tarde para todo lo otro. 

Tocar el timbre, sentirte bienvenida y recorrer la muestra con una calma que se parece tanto a la felicidad, que ya no la extrañes. CICLO INSTAGRAM NIMBUS  -subite a la nube- Y aunque no sea tu costumbre, todo es tan exacto que pensás en el curador. Y eso a su vez te hace pensar en lo bien que está pensado, porque estás pensando en que alguien lo pensó. Te imaginás el tiempo, la preparación, las decisiones. Te gusta todo lo que ves, y por primera vez, odiás tu compulsión al ranking. La muestra es un éxito, susurrás en un rincón, hay un montón de puertas abiertas después de pegarle la vuelta. 

Casa A es tan bonita, tan un bunker donde esconderse de la cotidianidad. Tan un patio con plantas y sillas y sillones y banquetas y banquitos. Tan una birra helada, una onda de vibra positiva que se expande. Y vos que no sos visual te volviste fanática de las fotos, y vos que no repetís, prometés volver el próximo jueves y quedarte hasta el final, y girar el picaporte irreal de esas puertas infinitas que siempre vienen con lo nuevo.

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