jueves, 4 de diciembre de 2014

David Aguilar o un mexica suelto en BA


Me entibió el corazón su forma de silbar. Me llenó de ternura, aunque hubiera fuerza y equilibrio. Será herencia azteca, quién sabe. Así y todo, fue la calma. Alguien que juega con las palabras, que las entreteje con astucia, que borda poesía. Las alterna con la melodía justa y así construye un paño de canciones que hace las delicias de cualquier espíritu indómito. Es domingo y llueve, el romanticismo suicida del abismo y el final va alejándose de a poquito. En el corazón de Palermo el Teatro Popular “La otra cosa” extiende los brazos. Entregarse a su abrazo, al cobijo de las gradas bajo techo donde la luna se filtra igual, y en el patio los vestigios de un escenario que hoy no pudo ser. La luz es la música de David Aguilar. La luz es todo lo que viene después, también. Alguien dice “gracias” con acordes nacidos en Oriente, tango como el que supo haber en los arrabales de antaño, recitan poesía y suena una jarana desde Sierra de la Ventana. La luz es el amor-energía que va y viene del escenario y para arriba. La luz es encontrar en el camino a un mexicano de gira, y rodar en sus armonías.

NOTA: seguir la gira sudamericana de David Aguilar. Verlo en vivo, sin falta!

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